BASTA YA DE ESTEREOTIPOS Y SESGOS SEXISTAS EN ENFERMERÍA



Una profesión mayoritariamente integrada por mujeres y llena de estereotipos

Enfermería es una de las profesiones que han sido y siguen siendo más estereotipadas. Resulta habitual que los medios de comunicación la representen como una profesión femenina, subordinada a otras disciplinas, como la medicina, y enfocada exclusivamente al cuidado del enfermo. La realidad dista mucho de la ficción; tratándose de una profesión autónoma, altamente cualificada y ejercida también por hombres. 

¿Por qué tienen tanto peso las imágenes en la construcción de nuestra identidad? 

Ser consciente del poder de la imagen es uno de los primeros pasos para romper con los estereotipos. Las imágenes tienen el poder de normalizar todo aquello que aparece representado y sin embargo, estigmatizar lo que no vemos convirtiéndolo en rareza. La neurociencia nos dice que el aprendizaje se consolida mejor cuando se ven involucradas las emociones. Las experiencias positivas son etiquetadas como atractivas para el aprendizaje y las negativas como susceptibles de ser evitadas. A través de la ficción se genera emoción y empatía que desembocan en la construcción de nuestra identidad y la forma de relacionamos con el medio. Y es que otro pilar del aprendizaje es la imitación; no podemos ser lo que no podemos ver. Si los jóvenes no tienen referentes valorados como profesionales de enfermería, nunca se van a plantear esas aspiraciones porque entienden que esos valores adolecen de éxito. 

La identidad enfermera en nuestra sociedad 

En una sociedad como la nuestra, aún hoy en día de las mujeres se espera que sean cuidadoras (profesionales o no). En el caso de las enfermeras, un colectivo mayoritariamente femenino, nos han bombardeado desde la infancia con imágenes de enfermeras cuidadoras a pie de cama con falda y cofia blanca, sumisas e incluso seductoras. Nos han mostrado una perspectiva sin diversidad basada en un único rol. A día de hoy, aún persiste socialmente un importante desconocimiento de las funciones de la profesión y de sus competencias para labores con mayor importancia, como la investigación, la prevención de enfermedades, concienciación social sobre determinadas realidades sanitarias, relación terapéutica con pacientes y familia, acciones para la humanización de la salud, etc. brillan por su ausencia en los medios de masas. Además, el imaginario de enfermera lo constituye una imagen de mujer blanca, delgada y joven. Casi nunca se ven representadas en nuestra ficción enfermeras inmigrantes, pertenecientes a minorías étnicas o de origen no caucásico. 

Falsos estereotipos enfermeros en el cine 

El cine se ha encargado de fortalecer clichés y limitar las aspiraciones de futuras generaciones de profesionales de enfermería. A lo largo de la historia, han sido habituales los papeles de enfermeras jóvenes, atractivas y sensuales que se enamoran de sus pacientes, dejando en un segundo plano su aspecto profesional. Trabajos cinematográficos como La vida secreta de las Palabras (2005) o El Paciente Inglés (1996) son muestra de ello. Algunos films representan a las enfermeras como mujeres muy buenas, que conquistan a los pacientes con su amabilidad y belleza, como en la película Johnny cogió su fusil (1971). En el amor y la guerra (1996) se relata la historia real del romance surgido entre Ernest Hemingway con Agnes von Kurowsky, la enfermera que le cuidó y le atendió hasta que se repuso de una devastadora herida de guerra. Otros ejemplos son La batalla de Passchendaele (2008), donde un soldado que es gravemente herido se enamora de una misteriosa y atractiva enfermera con quien mantendrá una apasionada historia de amor o las representaciones de las enfermeras en los grandes conflictos bélicos, como la I y II Guerra Mundial en los que asumieron grandes responsabilidades que hasta el momento solo eran competencia de los médicos y sin embargo, no transcendieron y no se vió reconocida su verdadera labor. Por otro lado, en series más actuales centradas en el campo de la salud, como Anatomía de Grey (2005), House (2014), The Mindy Project (2012) o incluso, en la transgresora New Amsterdam (2018) en ningún caso las enfermeras tienen un papel protagonista. En los pocos casos de la gran pantalla en los que el personaje que representa la enfermería es un hombre, como en la comedia Los padres de Ella (2000), es ridiculizado por dedicarse a una profesión considerada “de mujeres”. 


No renunciemos a nuestros roles 

Enfermería es una profesión sin límites académicos y con diversos roles extraordinarios, ejercida por mujeres y también por hombres. Los medios de comunicación nos muestran los estereotipos más aceptados socialmente, lo esperado por la mayoría y así confirman las creencias establecidas. Ir contracorriente nunca fue fácil y generar una imagen diferente es arriesgado, así que no esperemos que la industria del cine o de la belleza ofrezca imágenes libres de estereotipos de nuestra profesión. Solemos quedarnos con aquellos contenidos que confirman nuestras creencias previas y no encontrar la imagen esperada puede generar rechazo de contenidos. Sigamos trabajando a favor de la visibilización de nuestra maravillosa profesión.

Ahora te toca a ti

¿Has sufrido algunos de estos estereotipos? ¿Has visto alguna de las series o películas de las que hablamos? ¿Nos sugieres alguna otra? ¿Qué estereotipos te molestan más? ¿Crees que alguno nos ha beneficiado?


Vanessa Ibáñez by Enfermeras invisibles

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