ENFERMERÍA: ¿MANÍA O PROFESIÓN VITAMINA?


ENFERMERÍA:

¿MANÍA O PROFESIÓN VITAMINA? 

 “La enfermería es como una manía, una fiebre en la sangre, una enfermedad incurable que una vez contraída no se puede curar. Si no fuera así, no habría enfermeras” 

 


Esta mítica frase se la debemos a la gran Monica Dickens. Sin duda una dedicatoria legendaria a nuestra profesión y de la que es testigo uno de sus libros, concretamente "One pair of feet", publicado en 1966. 

Por cierto, resulta curioso que mas allá de esta frase poco conozcamos de la joya literaria de la que fuera bisnieta de Charles Dickens y enfermera durante la II Guerra Mundial. Pero esto da para otro post, o mejor aún, para un capítulo de Enfermeras Invisibles 2… 


Volviendo a frases como las de Mónica Dickens, ¿cuántas veces las has leído o escuchado y te has emocionado?

Seguro que te has identificado y te ha invadido el orgullo de ser enfermer@. Muchos son los motivos que hacen que se nos pongan los pelos de punta al leerlas y es que esa “manía” a la que hace alusión Mónica para referirse a nuestra profesión es totalmente cierta, ser enfermera es un privilegio que tiene una explicación neurofisiológica. 

La Enfermería, una profesión “vitamina” 

Que la enfermería es una profesión vocacional es un tópico que tiene base científica. Por su naturaleza, es una profesión cuyo centro no es ella misma, sino la persona a la que atiende. Mucho se ha teorizado sobre las actitudes de las enfermeras necesarias para establecer una relación terapéutica y para que los cuidados sean holísticos y de calidad. Mas allá de la habilidad para la realización de técnicas, las enfermeras contamos con actitudes que nos definen como profesión. Empatía, aceptación incondicional y autenticidad nos han guiado históricamente para cuidar de nuestros pacientes. Han sido la base para crear fuertes vínculos, aliviar momentos de sufrimiento y hacerlo con capacidad resolutiva y sin perder el optimismo. Estas cualidades podrían llevarnos a pensar que las enfermeras son lo que hoy conocemos como “personas vitamina”, término acuñado por la conocida psiquiatra Marian Rojas Estapé. 

Oxitocina: hormona del parto y la lactancia, pero también la hormona de los vínculos emocionales y de la empatía 

La oxitocina es una hormona conocida por su papel en la reproducción femenina. Sin embargo, desde hace unos años se ha empezado a investigar en otras funciones de este pequeño péptido de nueve aminoácidos. En un artículo publicado en 2011 se define la oxitocina como una hormona implicada en múltiples funciones fisiológicas, entre ellas la vinculación social (Magon and Kalra, 2011). Por su parte, la investigadora Loretta G. Breuning autora del libro Habits of a happy brain (2015) afirma que abrazar es una forma muy simple de conseguir un aumento de oxitocina. La psiquiatra Marian Rojas, define la empatía en su libro Encuentra tu persona vitamina como una herramienta vitamina y afirma que cuando sentimos empatía el cerebro segrega oxitocina de forma natural activándose el sentimiento de generosidad. A la liberación de oxitocina le siguen la secreción de serotonina (felicidad y bienestar) y la estimulación de dopamina (placer y circuito de recompensa). Recordemos que una vez la enfermera Jean Watson nos dijo que "la empatía es la esencia de una enfermera”. El "enganche" está servido, tenemos todos los ingredientes para convertir la Enfermería en una forma de vida, en una "manía" o "enfermedad incurable".

¿Qué queda de esa “manía” tras 2 años de pandemia Covid? 

En los dos últimos años, las enfermeras han vivido una situación sin precedentes que las ha llevado al límite de sus fuerzas. Día tras día han estado expuestas a una continua y sostenida amenaza, que en la mayoría de los casos habrá disparado sus niveles de cortisol (hormona del estrés) hasta límites perjudiciales para la salud. Poco o nada de tiempo han tenido para diseñar planes de cuidados basados en la relación de ayuda. Solo priorizar y actuar, centrando sus intervenciones en una “medicina de guerra” en la que casi nunca hay cabida para la relación terapéutica.

Las enfermeras de hoy sufren las secuelas de una pandemia. Desbordados por las técnicas, sin a penas recursos ni materiales ni humanos y viéndose abocados muchas veces a la improvisación, han estado y siguen estando todos los profesionales sanitarios. Ahí siguen, al pie del cañón, pero ¿en qué condiciones? 

Muchos están literalmente saturados de cortisol, en una actualidad en la que escasean las vías de escape que producen oxitocina. Los hay que ya se han “agotado” y corre grave peligro su salud. El estrés prolongado y sostenido les acecha, agotando todas las reservas y energías. Los graves problemas de salud, tanto físicos como emocionales, pueden dar la cara en cualquier momento. Es más, ya tenemos datos publicados que evidencian esta grave situación. Recientemente, el Consejo General de Enfermería ha publicado los resultados de la encuesta "radiografía de la situación profesional y emocional de la profesión enfermera". Una situación crítica, tanto que la mitad de las 275.000 enfermeras y enfermeros en activo que trabajan en centros sanitarios, públicos y privados de toda España baraja abandonar su profesión. 

Seamos justos con las enfermeras… 

Los aplausos en balcones y azoteas hace mucho que quedaron atrás. Es necesario el respeto y sensibilización ante la grave situación que viven los profesionales sanitarios. La manía descrita por Dickens en su famosa frase va perdiendo cada vez mas intensidad y podría desvanecerse; cuidar a los que cuidan es urgente.

Desde Enfermeras invisibles pensamos que es de justicia social reconocer, de una vez por todas, a las enfermeras como merecen. Nuestro colectivo ha sufrido históricamente muchas injusticias a nivel profesional, pero lo más sorprendente es que sigue pasando. Sin ir mas lejos, hace unas semanas se publicó el Real Decreto 46/2022 en el que el Ministerio de Educación creaba una nueva cualificación profesional de Supervisión de atención sociosanitaria. Una nueva titulación que vulnera claramente las competencias profesionales de las Enfermeras Especialistas en Geriatría y además, compromete seriamente los cuidados de calidad de nuestros mayores. Esto no puede quedar así. La sociedad en su conjunto está en deuda con las enfermeras. Creemos firmemente que la Enfermería es una necesaria "profesión vitamina". Es hora de que nuestros representantes políticos escuchen a las enfermeras, cuenten con ellas para diseñar sus políticas sanitarias y las sitúen en el lugar que les corresponde de acuerdo a su formación académica. Es hora de visibilizar a las enfermeras y reconocerlas como merecen. 

Y tú, compañer@, ¿cómo llevas esa manía? ¿te queda algo o si volvieses atrás te replantearías tu elección? Te leemos...


Bibliografía 
  • Dickens, M. (1966). One pair of feet. Penguin. 

  • Magon, N., & Kalra, S. (2011). The orgasmic history of oxytocin: Love, lust, and labor. Indian journal of endocrinology and metabolism, 15 Suppl 3(Suppl3), S156–S161. https://doi.org/10.4103/2230-8210.84851 

  • Breuning, LG. (2015). Habits of a Happy Brain. 

  • Rojas, M. (2021). Encuentra tu persona vitamina. Espasa.
  • Radiografía de la situación profesional y emocional de la profesión enfermera en España. https://www.consejogeneralenfermeria.org/normativa/documentos-de-interes/otros-documentos/send/69-otros-documentos/1635-resumen-ejecutivo-de-la-radiografia-de-la-situacion-emocional-y-profesional-de-la-profesion-enfermera

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